- Mírelo fijamente a los ojos tratando de conectar su alma, trate de seducirlo (en el buen sentido, por supuesto).
- Indague de manera prudente el verdadero interés detrás del robo. ¿Qué va a hacer con el producto hurtado?
- Plantee opciones en las que no se cuente el robo como una de ellas. Sea creativo.
- Aproxime una conversación que involucre algún tipo de credo y el posible pecado que cometería el ladrón, al robarlo.
- Critique de manera vehemente el producto que le piensa hurtar. Reduzca la calidad y fidelidad del mismo, si se trata de un artículo electrónico, por ejemplo.
- Invente un atraco reciente anterior.
- Confiese que usted también es ladrón, un colega. Busque solidaridad de profesión.
- Rompa en llanto y busque consuelo en el hombro del ladrón.
- Remede cada frase que el ladrón pronuncie, pero de forma exagerada.
- Róbele algo y corra.
Advertencia: el seguimiento de las instrucciones en estricto orden no altera ni asegura el éxito de la persuasión. Es posible que al primer intento no funcione, por lo que podría llegar a ser robado varias veces. Tal y como acaba de suceder al leer este texto.
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