Y los dos corrían de un lado al otro,
heridos después del combate.
Trayendo la rabia en sus pies,
anhelando otro alboroto.
El uno pedía ayuda,
el otro pedía auxilio,
los transeúntes aterrados,
veían en silencio el episodio.
Y los dos corrían de un lado al otro,
brazos débiles y temblorosos,
el ímpetu de la amenaza,
la ilusión de la revancha.
En el fondo querían abrazos,
pero los nublaba la avaricia,
de ver sus manos en los rostros,
sentir el golpe, lanzar sevicia.
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Y los dos corrían de un lado al otro, heridos después del combate. Trayendo la rabia en sus pies, anhelando otro alboroto.
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